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04/09/2014

09/09/2014

La historia de la lingüística está construida desde la antigüedad por una tradición de ideas y tratados sobre el lenguaje tales como la retórica, la gramática, la filología, la morfología y la sintaxis para fundirse en esta ciencia que queda comprendida en la semiología y ésta a su vez en la psicología social. El lenguaje existe ya hace más de 400.000 años, y existen varias teorías como la onomatopeya, y las expresiones afectivas.

 

 

LA HISTORIA SOCIAL DEL LENGUAJE

En los últimos años los historiadores sociales han cobrado conciencia de la importancia del lenguaje[14] en la vida cotidiana, también del poder del lenguaje, y la relación con otras formas de poder, los corrientes históricas conocidas como Estructuralismo y Desconstructivismo a pesar de sus múltiples desacuerdos han dado gran importancia al estudio de la Lengua y el lugar que esta ocupa en la Cultura.

El lenguaje hoy por los historiadores no solo es el escrito sino también el Oral como lo demuestra los trabajos realizados dentro de lo que es la Historia Oral y de Vida.

El lenguaje es necesario estudiarlo particularmente por dos razones:

-   Como un fin en si mismo, como una institución social, como una parte de la cultura y de la vida cotidiana.

-   Como medio para comprender mejor las fuentes orales y escritas a través del conocimiento de sus convenciones lingüísticas.


 

La lingüística como ciencia autónoma, con sus propios métodos y con su propio objeto de estudio, no se consolidó hasta el siglo XIX. Previamente habían existido los estudios de las lenguas, el estudio de la gramática de lenguas concretas y cierto cuerpo de generalización sobre la estructura de las lenguas, sin embargo, toda la terminología gramatical no era más que un conjunto de etiquetas razonables, pero no existía un método propiamente científico para establecer las propiedades de las lenguas

La especulación sobre el lenguaje comenzó esporádicamente entre los fiósofos retóricos presocráticos. Se discutieron dos cuestiones fundamentales: hasta qué punto el lenguaje era "natural", y hasta qué punto "convencional"; y hasta qué punto el lenguaje es analógico (estructurado y ordenado mediante reglas), y hasta qué punto es anómalo (variable, irregular e impredecible.)

Cuando Roma entró en contacto con Grecia, la teoría gramatical tradicional estaba ya bien desarrollada. Basándose en las gramáticas griegas, los estudiosos romanos estudiaron, formalizaron y estructuraron el estudio de la gramática latina. Había tantas semejanzas entre ambas lenguas, tanto tipológicas como lexicales, que se llegó a difundir la idea errónea de que el latín descendía directamente del griego, con alguna mescolanza bárbara.

Durante la Edad Media, los textos de Donato y Prisciano fueron esenciales para la enseñanza del latín —la lengua oficial del Imperio Romano de Occidente y posteriormente de la Iglesia—, en que se basaba toda la educación y los estudios lingüísticos.

En 1492 aparece la primera gramática castellana de Antonio de Nebrija, en la que se recogen formalmente reglas de la lengua castellana y donde su autor alaba a la lengua comparándola con la lengua toscana elogiada a su vez por Dante Alighieri. Nebrija considera la lengua castellana una heredera privilegiada del latín.

En efecto, durante el Renacimiento, la eclosión de las lenguas vernáculas va a dar lugar a la revitalización de las investigaciones sobre la lengua perfecta o común. En esta línea aparece la Minerva de el Brocense o la conocida gramática de Port-Royal, que actúa como eslabón entre las teorías racionalistas del s. XVII y las del XVIII.

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